
Objetivos
Misión por Compasión
Rescatar
Cada día, un número alarmante de niños y adolescentes son víctimas de abuso sexual, maltrato físico o psicológico, en su mayoría a manos de padrastros o familiares cercanos. A esto se suma la triste realidad de muchos menores abandonados por sus padres, quienes no cumplen con sus responsabilidades, permitiendo que sus hijos crezcan sin orientación, sin educación ni límites. Como consecuencia, se está formando una nueva generación de jóvenes marcados por la rebeldía, la falta de amor propio y una desesperación tal que los lleva a hacer cualquier cosa para sobrevivir.
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Carga total de maltratos (ene–may 2025)
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El Ministerio Público atendió 8.159 víctimas de diversos delitos contra menores:
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1.305 por abuso sexual
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587 maltratos bajo tutela
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315 estupros
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1.187 pornografía infantil
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923 violaciones al deber de cuidado
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1.088 violencia familiar
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2.567 incumplimientos del deber alimentario
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Entre otros (coacción sexual, abuso tecnológico, actos homosexuales con menores)
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En promedio, fueron 51 víctimas diarias de delitos contra niños y adolescentes
Dar Oportunidad
La admisión de nuevos niños y adolescentes se realiza conforme a nuestra disponibilidad financiera y a la capacidad de infraestructura con la que contamos en nuestras instalaciones.
Los albergados cursan sus estudios en nuestra propia escuela y colegio, además de participar activamente en los distintos sectores de producción, donde reciben orientación profesional específica. También forman parte de estudios bíblicos y disfrutan de espacios de recreación y entretenimiento.
Más allá de las oportunidades educativas y formativas, los residentes encuentran en sus líderes y voluntarios referentes de una convivencia familiar basada en el afecto. Promovemos un ambiente libre de gritos, maltratos o imposiciones. Todo se resuelve mediante el diálogo, con educación, respeto y empatía.
Capacitar
Transformación de vida a través de la fe, la educación y el trabajo.
Hemos sido testigos de un profundo y positivo cambio en la vida de cada persona que llega a vivir en el Albergue. Este proceso de transformación tiene como fundamento principal la presencia del Espíritu Santo de Dios en sus vidas. El esfuerzo humano para superar tentaciones, pruebas y obstáculos sólo es verdaderamente eficaz cuando se une a la presencia y guía de Dios. De lo contrario, cualquier intento carece de valor duradero.
La formación que brindamos está centrada, ante todo, en la Palabra de Dios. Consideramos que sería imposible trabajar en otras áreas de la vida de los albergados sin antes cimentar una base sólida en los principios bíblicos. La nueva vida en Cristo Jesús es el punto de partida. Una vez que los jóvenes adquieren este conocimiento, están preparados para desarrollarse en otras dimensiones de su vida.
Cada albergado cumple con responsabilidades diarias y participa en tareas según un cronograma de actividades. Durante un turno asisten a clases y, en el otro, realizan trabajos prácticos adecuados a sus edades y capacidades. A través de estas actividades, son capacitados en distintas áreas como horticultura, avicultura, piscicultura, apicultura, fruticultura, manejo general de animales en el tambo, así como en labores de construcción, panadería, confitería y gestión de ventas de los productos que ellos mismos elaboran y consumen.
Este modelo, que integra la formación espiritual basada en el temor a Dios con la educación formal y el trabajo práctico, permite preparar a los jóvenes no solo para sostenerse de manera autónoma, sino también para formar una familia sobre valores sólidos. Confiamos plenamente en que, en el futuro, estos jóvenes se convertirán en ciudadanos responsables, padres ejemplares y referentes valiosos para nuestra sociedad, guiados por el amor al prójimo y una vida íntegra.